Militancia y lluvia.

Empecé a militar porque entendí que no bastaba conmigo. Que nacer es cargar con una mochila de responsabilidades y que como somos relatos e historia, por lo tanto inmortales, no quiero que en mi "manual personal" queden de recuerdo una serie de sucesos desfavorables. Quisiera que me recuerden como alguien que hizo algo importante, que no pasó por la vida ignorando lo que piensa que es la otredad. Lo que sea que esta dure, eso si no importa. Mi vida que no es solo mía. No quiero que sea solo mía.
Que lo que nos mueva no sea solo un suceso en particular, que sea una legítima necesidad de ayudar que parte de una raiz consolidada, abarcativa y completa superando hasta lo que a veces nos excede en entendimiento o razón; tender herramientas de construccion y tamb. , porque no, de destrucción. Fundamentalmente, ejercer la crítica pero tamb. la acción. La patria es el otro es uno de los conceptos más claros y certeros que nos dejó el gobierno de Cristina. Lo que sea que la patria sea, como decía Quiroga "ese lugar dnd se está como en casa", allá estará mirando de lado en algo que nunca nos pertenece. En lo otro, en lo desconocido y en lo no inmediato. En lo diferente. Militar es antisistema porque lleva compromiso, lealtad.
Militar es una manera hermosa de quererse, de voluntad por encima de deseo personal (un concepto de basamento capitalista) y porque no, de sentirse útil en esta vida amarreta dnd siempre hay alguien que no tiene voz y está mucho peor.
Si lo que nos mueve no es una causa sola, específica, y ejercemos un criterio militante en todos los ámbitos de nuestras vida, la patria, osea tu casa, osea el mundo entero, podría estar un poco mejor.
Sé que algunxs compañeras y compañeros somos intensxs pero no entiendo, y nunca vamos a poder entender, las medias tintas. Por lo menos yo: peronista y cosas. No es imposible y estoy segura: lo siento en mi, siento la llama. Todo pero todo se va a modificar y del ciclo que algunos llaman devenir o simple destino veremos acontecer como banderas a las ideas justas de corazón nacientes de nuestras manos y mentes juntas. Una gran gran familia sin paredes, sosteniendo un techo común para que no nos enferme tanta lluvia.

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