Abuelo.


La ola polar llegó a la altura de la calle sabatinni junto a las descalificaciones por no saber a juntar la  mesa, los pequeños engaños redundantes que de tanta repetición aun me hacían  reír, los cuentos de la buena pipa, el  halago excesivo a mi altura y mis cejas, la mirada de ese enojo admirado que  provocaba, el entender que  entendías que entendía que todo era un gran farsa de la que aun movemos los pequeños  hilos, y que solo yo lo entendía, vos y yo. La boina del invierno que zumba tu  silbido, las frases que nadie  conoce, tu vulnerabilidad de  vejez, la fuerza de la lucha, un ombú que se cae, que alguien viene y tira. La imagen por la noche de tus ojos en oscuridad que se escudan en la complicidad de mi noche triste rodeado de madera ,rodeado gusanos, con ese miedo a la muerte que finalmente te  venció en un irreparable silencio anónimo. Esta ola de frío otoñal abuelo, el día que me quieras abuelo
otra vez.

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