Septiembre en mi país.
Caminé tres cuadras por
una Jonte desolada.
Pienso en la aventura
de un local
en mi barrio
en mi país.
Monte Castro,
el último orejón del tarro.
Argentina,
lo mismo.
Los carteles de Se alquila
son inmensos
y la poca gente que camina
no nota la sombra.
El vivero a donde iba
estaba cerrado,
me agarró la tristeza
y volví caminando.
Al llegar a mi casa
le escribí a mi amigo,
para agradecerle
por alimentarme.
Después, cambié las sábanas,
dí vuelta el colchón,
para ejercer
cierto control sobre
algo.
Mínimamente.
una Jonte desolada.
Pienso en la aventura
de un local
en mi barrio
en mi país.
Monte Castro,
el último orejón del tarro.
Argentina,
lo mismo.
Los carteles de Se alquila
son inmensos
y la poca gente que camina
no nota la sombra.
El vivero a donde iba
estaba cerrado,
me agarró la tristeza
y volví caminando.
Al llegar a mi casa
le escribí a mi amigo,
para agradecerle
por alimentarme.
Después, cambié las sábanas,
dí vuelta el colchón,
para ejercer
cierto control sobre
algo.
Mínimamente.