Hospital

Qué cosa el humano
que a veces pareciera
nunca ser suficiente el dolor.
Una mujer en el hospital se agarra la cabeza
su esposo su padre su hijo miran sin mirar
pero para el pasillo
en un ademán
conocido
de querer rescatarla
de algo que sabe que sabe
y es indiferente.
Se pone alcohol en sus manos y le recita al oido
mujer hija mamá
-prestá atención-
y le pasa la cartera
en un acto de brusquedad
también conocido.
Todo es rutina.
Los números entran
y salen.
Se van.
Una señora en sillas de ruedas
se coloca delante de su hijo sobrino nuero
hace dos horas que estamos acá, grita
no voy a irme, dos horas
andate andate andate
-presta atención-.
La señora tiene el pie perforado
pareciera que de su piel asoma un chicle
rojo
con juguito dentro.
Nada es dulce.
Presta atención
El chillido en secuencia repetitiva de los otros pisos.
Los adioses
para siempre
nunca parecieran suficientes.


Entradas populares