Acá había un texto sobre una Hostería en Gesell donde me hospedé unos días.
Me había inspirado una situación que ví en el desayunador, mientras esperábamos a que sean las 10 para que traigan las medialunas.
Una mamá insultaba fuertemente a su hijo y a mí se me retorcía el estómago.
Me levanté con una servilleta en la mano e increpé como pude a la mujer.
Es que no doy más, me dijo.

Entradas populares